Hoy, en el
aula 102 de Filología, la clase fue totalmente diferente: separaron las mujeres
y los hombres. Nuestra compañera Marina asistió a clase y nos cuenta como fue
la experiencia.
“En mi
caso, al ser mujer, me fui a la clase donde solo éramos mujeres. Nos sentamos
todas en círculo para hablar abiertamente, sobre cosas cotidianas en la vida de
cualquier mujer.
Como sabemos, en algunos países, las mujeres no tienen tanta
libertad de expresión. Por lo que, en
algunas culturas o costumbres, no se suele hablar del cuerpo de la mujer ante
la presencia de hombres. Es por eso por lo que las profesoras decidieron
apartar hombres y mujeres, consiguiendo así hablar sobre cosas de la vida,
cosas del cuerpo femenino, y lo más importante, sobre la igualdad entre
nosotr@s tod@s.
No vamos a hablar de clase hoy, sino de reunión. Una reunión
organizada por las profesoras que hacen estas clases con el ánimo de superarse
día a día y lograr que sus alumnos se lleven lo mejor posible de la situación que
están viviendo.
Para
empezar, hablamos de algo tan natural como es el ciclo menstrual, aprendiendo
vocabulario para poder ir al médico, para cualquier duda, o cualquier problema
que ellas pueden encontrar.
Fue una
hora interesante porque iban aprendiendo vocabulario pero hablando entre ellas,
preguntándonos cosas, muy diferente a las que en clase se preguntan
normalmente.
Puede que
esta metodología sea más divertida, y que interese más a l@s alumn@s. Cuando
una no entendía cualquiera de las palabras o los temas que se estaban tratando,
otra alumna le traducía lo dicho a su idioma, llegando a comprender mucho mejor.
Hay que destacar que fue una clase con un ambiente de libertad.
Por último, hablaron del trabajo, los derechos de las mujeres, de
medios anticonceptivos… produciéndose un gran intercambio cultural, puesto que
todas terminamos preguntando cómo eran estos temas en sus países de origen,
cuáles eran sus opiniones, etc.
Resultó ser
muy enriquecedor, puesto que ninguna de nosotras se fue sin aprender algo nuevo
de aquella clase.
¡Sería una buena idea hacer otra reunión como esa, e ir
aprendiendo de esta manera cosas cotidianas y poner en común nuestras culturas,
conociendo mucho más y de forma más profunda a los alumnos de ELE!”

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