Es
impresionante ver la disposición y entrega que tienen los refugiados al
aprender español. No es una lengua fácil para ellos, es un abecedario distinto.
El esfuerzo que hacen es impresionante, se esmeran en usarlo de manera constante
que este tipo de proyectos valen la pena.
En
este día peculiar, utilizamos los verbos en pasado. Charlamos sobre lo que
desayunamos esa mañana antes de ir a clases.
Es
impresionante e inesperado que a pesar de que ellos estén aprendiendo un nuevo
idioma, ellos nos enseñan mas de lo que cree.
Por
ejemplo, Samira, contó sobre su desayuno que se trataba de un pan árabe. Usando
adjetivos como blando, suave, delgado etc. describió el pan que en sí parecía
otro pan común y corriente.
Lo
que ella no sabe es que gracias a su aportación aprendí un poco más sobre su
cultura y eso me ayudó a descubrir la gastronomía marroquí cuando visite por
primera vez un país totalmente desconocido para mí.
Su
aportación y entusiasmo de aprendizaje hace más claro mi idea de querer ser
maestra de inglés en otros países diferentes al mío en cuestión de cultura,
geografía, costumbres, etc. Mientras ellos aprenden un idioma para poder
superarse en otro país, ellos ayudan a expandir mi conocimiento del mundo
aclarando mis metas de vida.
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